Hay un solo terapeuta ocupacional por cada 300 personas con discapacidad
EN ARGENTINA

Hay un solo terapeuta ocupacional por cada 300 personas con discapacidad

Es una de las profesiones de la salud con mayor salida laboral en el mundo. Sin embargo, en nuestro país solo hay 12 mil de estos profesionales para más de 3 millones de personas con dificultades.

Redaccion // Miercoles 10 de abril de 2019 | 15:18

 

En Argentina
Hay un solo terapeuta ocupacional por cada 300 personas con discapacidad
Es una de las profesiones de la salud con mayor salida laboral en el mundo. Sin embargo, en nuestro país solo hay 12 mil de estos profesionales para más de 3 millones de personas con dificultades.
Brand Studio para UAI
Este año se cumplen seis décadas de la fundación de la Terapia Ocupacional Argentina. Su nacimiento se debe a una decisión del Estado Nacional de formar terapeutas capacitados para responder a una necesidad sanitaria de la población a causa de la primera epidemia de poliomielitis en 1956. Según datos oficiales, ese año se registraron alrededor de 7000 casos en el país. El brote comenzó en el partido bonaerense de San Martín, expandiéndose rápidamente y alcanzando una mortalidad del 10%.
Con el auspicio de los gobiernos británico y argentino, en junio de 1956 llegó a Argentina el primer grupo de profesionales británicos, integrado por cuatro terapistas físicas y una ocupacional llamada Beatriz Hollings. Ahí se estableció el primer programa teórico-práctico que se llevó a cabo en el Centro Nacional de Rehabilitación del Lisiado (actual Instituto Nacional de Rehabilitación). Al año siguiente, en 1957, la Asociación para la Lucha contra la Parálisis Infantil (A.L.P.I) contrató a Rubi Kroon, terapista ocupacional del Hospital Rancho de los Amigos de California (EE.UU.), quién dictó un curso para 20 alumnas de distintas ciudades de la Argentina.
En la actualidad, Argentina cuenta con un total de 12.000 terapeutas ocupacionales, mientras que la población con discapacidades supera los 3 millones de individuos.
Hoy, 60 años después, en el país se ofrece la Licenciatura en Terapia Ocupacional en 19 universidades y se dicta en 24 ciudades del territorio argentino. El Magíster Marcelo F. Esper, director de esta carrera en la UAI (Sede Regional Rosario) e integrante de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Terapistas Ocupacionales (AATO) explicó la importancia de esta profesión y por qué es tan necesaria en el país y en el mundo. De acuerdo a un estudio elaborado por la AATO, Argentina cuenta actualmente con un total de 12.000 terapeutas ocupacionales. No obstante, la prevalencia de la población con discapacidades (de 6 años y más) es del 10,2%, unas 3.571.983 personas.
Según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), aproximadamente 10 de cada 100 personas poseen algún tipo de disfunción y necesitarían de los beneficios de la Terapia Ocupacional. Un dato alarmante es que en Argentina hay solo un terapeuta ocupacional por cada 300 personas con algún tipo de discapacidad. “Esto refleja la necesidad de formación de estos profesionales para trabajar con esta población vulnerable”, explicó Esper, quien reveló que la región más afectada es la de Cuyo, con un 11% de personas con discapacidades y disfunciones físicas y/o psíquicas.
Tras brindar ese mapa general de la situación, el especialista argumentó que la Terapia Ocupacional es considerada una de las profesiones de la salud con mayor salida laboral del mundo. “El 95% de los egresados de la UAI logran incluirse en el mercado laboral a no más de tres meses de haberse graduado”, afirmó.
En Argentina, 10 de cada 100 personas poseen algún tipo de disfunción y necesitarían de los beneficios de la Terapia Ocupacional.
La UAI es la única universidad de gestión privada cuyo programa de formación en Terapia Ocupacional está reconocido y homologado por la Federación Mundial de Terapia Ocupacional (WFOT); ofrece la carrera en el marco de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas en tres ciudades: Capital Federal, Rosario y San Nicolás. Al respecto, Esper dijo: “En 2017, la UAI aprobó el proceso de monitoreo de estándares internacionales para la educación de terapeutas ocupacionales. Esos estándares mínimos son propuestos por la WFOT buscando garantizar calidad de los servicios. En este momento, solo tres universidades argentinas aprobaron ese monitoreo y la UAI es la primera institución privada del país que logró ese reconocimiento”.
Para él, los estudiantes que elijan estudiar esta carrera en la UAI, “accederán a un programa de educación integral reflexivo, con inmediata trasferencia de los aprendizajes a situaciones con pacientes simulados o en prácticas pre-profesionales”. Y detalló que el programa cuenta con mil horas de prácticas supervisadas en diferentes instituciones de referencia de la comunidad. “El equipo docente de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la UAI cuenta con experiencia clínica en FLENI, Hospital Moyano, Centro Claudina Thévenet, INECO y Servicio Penitenciario Federal”, precisó.
¿Qué se entiende por Terapia Ocupacional?
Luciana Covre es terapeuta ocupacional en salud mental y docente en la UAI. Hace diez años que, junto a la licenciada Bordachar, coordina el Programa de Intervención para el Desempeño Ocupacional (PIDO), que tiene como misión brindar herramientas para incrementar la independencia en el desempeño de las diferentes áreas de la ocupación y sus tareas, proveyendo recursos para mantener y mejorar la calidad de vida y la integración social activa de personas con capacidades diferentes, disfunciones físicas y/o psíquicas y vulnerabilidad de derechos.
El terapeuta ocupacional interviene con personas o poblaciones que padecen enfermedades que dan como resultado condiciones de discapacidad o disfunciones permanentes y transitorias.
El terapeuta ocupacional interviene con personas o poblaciones que padecen enfermedades que dan como resultado condiciones de discapacidad o disfunciones permanentes y transitorias.
“Los objetivos a trabajar son que las personas logren mayor independencia en el desempeño de las actividades de la vida diaria e instrumentales como ser higiene personal, la preparación de una comida, etc. Otros fines son identificar y explorar actividades de participación en la educación formal e informal; reconocer e incrementar intereses, capacidades y habilidades para la búsqueda de trabajo y /o actividades de voluntariados; identificar y desempeñar actividades de tiempo libre; mantener y mejorar habilidades para la participación social y como último, orientar a la persona y a su familia sobre los cuidados de la salud, la importancia del tratamiento integral y la rutina de medicación”, especificó la especialista.
Carolina Amuchastegui, también docente en la UAI y terapeuta ocupacional de FLENI, definió a esta profesión como “la ciencia de la ocupación humana cuyo objetivo es favorecer el desempeño ocupacional, la autonomía del sujeto y su participación social, optimizando su calidad de vida en roles ocupacionales significativos para él”.
La especialista explicó que la evaluación inicial de un paciente por parte de un terapeuta ocupacional proporciona información que permite determinar el nivel de independencia funcional que tiene, conocer cuáles son los componentes que favorecen o interfieren en su desempeño ocupacional, el nivel de dolor experimentado durante el mismo y qué adaptaciones ambientales requeriría para facilitar su autonomía personal.
“Se comienza entrenando en posturas básicas de las actividades de la vida diaria como el descanso y hábitos de sueño, promoviendo en esta área una mayor recuperación psicofísica y logrando un descanso restaurador que apoye la participación activa en otras áreas de su vida. Se educa en la biomecánica para sedestar y bipedestar, educando en biomecánica saludable, movimientos contraindicados, manera correcta de levantar y transportar pesos, etc. También se lo educa y entrena en otras actividades, apuntando a que la persona alcance la máxima independencia funcional posible para moverse, realizar tareas del hogar, uso de tecnología, cuidado de niños, entre otras”, especificó.
El director de la carrera, Marcelo Esper, explicó cuáles son los propósitos y beneficios de la Terapia Ocupacional para el paciente: favorece el desempeño ocupacional funcional, la autonomía personal, la participación social y la calidad de vida de las personas y/o grupos que lo requieran. Se trabaja e interviene en las diferentes etapas evolutivas, desde el infante hasta personas que se encuentran en la tercera edad. Para eso, señaló, se seleccionan, planifican e implementan actividades y ocupaciones acordes al período del ciclo vital. “Por ejemplo, ante una situación jubilatoria, el terapista ocupacional acompaña a la persona en la detección y orientación hacia nuevas áreas de interés a fin de promover proyectos de vida que le posibiliten la redefinición de su rol y prevenir un potencial estado depresivo. De ese modo nuestras prestaciones se constituyen en un servicio vital para las áreas de educación, trabajo, desarrollo social, salud y jurídica”.
“Los fines de la carrera son propiciar la autonomía de la persona en las actividades de la vida cotidiana, favorecer el desempeño ocupacional en todas las áreas de la vida (alimentación, higiene, vestido, trabajo, estudio, participación social, juego y uso del tiempo libre), diseñar y entrenar a la persona en el uso de adaptaciones y ayudas técnicas para maximizar el desempeño en las actividades de la vida cotidiana, prevenir enfermedades y promover la salud a través de la participación en actividades con sentido y propósito para la persona”, subrayó.
Por último, comentó que esta terapia se aplica en situaciones donde está en riesgo la autonomía y la inclusión social de una persona a causa de alteraciones de orden físico psíquico o social. El terapeuta ocupacional interviene también con personas o poblaciones que padecen enfermedades que dan como resultado condiciones de discapacidad o disfunciones permanentes y transitorias. “Promovemos que la persona pueda desarrollar un proyecto de vida maximizando la autonomía, la calidad de vida y la inclusión social”, concluyó.
Para inscribiste en la Licenciatura en Terapia Ocupacional en la UAI u obtener información, consulte aquí.

 

Este año se cumplen seis décadas de la fundación de la Terapia Ocupacional Argentina. Su nacimiento se debe a una decisión del Estado Nacional de formar terapeutas capacitados para responder a una necesidad sanitaria de la población a causa de la primera epidemia de poliomielitis en 1956. Según datos oficiales, ese año se registraron alrededor de 7000 casos en el país. El brote comenzó en el partido bonaerense de San Martín, expandiéndose rápidamente y alcanzando una mortalidad del 10%.

Con el auspicio de los gobiernos británico y argentino, en junio de 1956 llegó a Argentina el primer grupo de profesionales británicos, integrado por cuatro terapistas físicas y una ocupacional llamada Beatriz Hollings. Ahí se estableció el primer programa teórico-práctico que se llevó a cabo en el Centro Nacional de Rehabilitación del Lisiado (actual Instituto Nacional de Rehabilitación). Al año siguiente, en 1957, la Asociación para la Lucha contra la Parálisis Infantil (A.L.P.I) contrató a Rubi Kroon, terapista ocupacional del Hospital Rancho de los Amigos de California (EE.UU.), quién dictó un curso para 20 alumnas de distintas ciudades de la Argentina.

En la actualidad, Argentina cuenta con un total de 12.000 terapeutas ocupacionales, mientras que la población con discapacidades supera los 3 millones de individuos.

Hoy, 60 años después, en el país se ofrece la Licenciatura en Terapia Ocupacional en 19 universidades y se dicta en 24 ciudades del territorio argentino. El Magíster Marcelo F. Esper, director de esta carrera en la Universidad Abierta Interamericana - UAI- (Sede Regional Rosario) e integrante de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Terapistas Ocupacionales (AATO) explicó la importancia de esta profesión y por qué es tan necesaria en el país y en el mundo. De acuerdo a un estudio elaborado por la AATO, Argentina cuenta actualmente con un total de 12.000 terapeutas ocupacionales. No obstante, la prevalencia de la población con discapacidades (de 6 años y más) es del 10,2%, unas 3.571.983 personas.

Según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), aproximadamente 10 de cada 100 personas poseen algún tipo de disfunción y necesitarían de los beneficios de la Terapia Ocupacional. Un dato alarmante es que en Argentina hay solo un terapeuta ocupacional por cada 300 personas con algún tipo de discapacidad. “Esto refleja la necesidad de formación de estos profesionales para trabajar con esta población vulnerable”, explicó Esper, quien reveló que la región más afectada es la de Cuyo, con un 11% de personas con discapacidades y disfunciones físicas y/o psíquicas.

Tras brindar ese mapa general de la situación, el especialista argumentó que la Terapia Ocupacional es considerada una de las profesiones de la salud con mayor salida laboral del mundo. “El 95% de los egresados de la UAI logran incluirse en el mercado laboral a no más de tres meses de haberse graduado”, afirmó.

En Argentina, 10 de cada 100 personas poseen algún tipo de disfunción y necesitarían de los beneficios de la Terapia Ocupacional.

La UAI es la única universidad de gestión privada cuyo programa de formación en Terapia Ocupacional está reconocido y homologado por la Federación Mundial de Terapia Ocupacional (WFOT); ofrece la carrera en el marco de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas en tres ciudades: Capital Federal, Rosario y San Nicolás. Al respecto, Esper dijo: “En 2017, la UAI aprobó el proceso de monitoreo de estándares internacionales para la educación de terapeutas ocupacionales. Esos estándares mínimos son propuestos por la WFOT buscando garantizar calidad de los servicios. En este momento, solo tres universidades argentinas aprobaron ese monitoreo y la UAI es la primera institución privada del país que logró ese reconocimiento”.

Para él, los estudiantes que elijan estudiar esta carrera en la UAI, “accederán a un programa de educación integral reflexivo, con inmediata trasferencia de los aprendizajes a situaciones con pacientes simulados o en prácticas pre-profesionales”. Y detalló que el programa cuenta con mil horas de prácticas supervisadas en diferentes instituciones de referencia de la comunidad. “El equipo docente de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la UAI cuenta con experiencia clínica en FLENI, Hospital Moyano, Centro Claudina Thévenet, INECO y Servicio Penitenciario Federal”, precisó.

¿Qué se entiende por Terapia Ocupacional?

Luciana Covre es terapeuta ocupacional en salud mental y docente en la UAI. Hace diez años que, junto a la licenciada Bordachar, coordina el Programa de Intervención para el Desempeño Ocupacional (PIDO), que tiene como misión brindar herramientas para incrementar la independencia en el desempeño de las diferentes áreas de la ocupación y sus tareas, proveyendo recursos para mantener y mejorar la calidad de vida y la integración social activa de personas con capacidades diferentes, disfunciones físicas y/o psíquicas y vulnerabilidad de derechos.

El terapeuta ocupacional interviene con personas o poblaciones que padecen enfermedades que dan como resultado condiciones de discapacidad o disfunciones permanentes y transitorias.

El terapeuta ocupacional interviene con personas o poblaciones que padecen enfermedades que dan como resultado condiciones de discapacidad o disfunciones permanentes y transitorias.

“Los objetivos a trabajar son que las personas logren mayor independencia en el desempeño de las actividades de la vida diaria e instrumentales como ser higiene personal, la preparación de una comida, etc. Otros fines son identificar y explorar actividades de participación en la educación formal e informal; reconocer e incrementar intereses, capacidades y habilidades para la búsqueda de trabajo y /o actividades de voluntariados; identificar y desempeñar actividades de tiempo libre; mantener y mejorar habilidades para la participación social y como último, orientar a la persona y a su familia sobre los cuidados de la salud, la importancia del tratamiento integral y la rutina de medicación”, especificó la especialista.

Carolina Amuchastegui, también docente en la UAI y terapeuta ocupacional de FLENI, definió a esta profesión como “la ciencia de la ocupación humana cuyo objetivo es favorecer el desempeño ocupacional, la autonomía del sujeto y su participación social, optimizando su calidad de vida en roles ocupacionales significativos para él”.

La especialista explicó que la evaluación inicial de un paciente por parte de un terapeuta ocupacional proporciona información que permite determinar el nivel de independencia funcional que tiene, conocer cuáles son los componentes que favorecen o interfieren en su desempeño ocupacional, el nivel de dolor experimentado durante el mismo y qué adaptaciones ambientales requeriría para facilitar su autonomía personal.

“Se comienza entrenando en posturas básicas de las actividades de la vida diaria como el descanso y hábitos de sueño, promoviendo en esta área una mayor recuperación psicofísica y logrando un descanso restaurador que apoye la participación activa en otras áreas de su vida. Se educa en la biomecánica para sedestar y bipedestar, educando en biomecánica saludable, movimientos contraindicados, manera correcta de levantar y transportar pesos, etc. También se lo educa y entrena en otras actividades, apuntando a que la persona alcance la máxima independencia funcional posible para moverse, realizar tareas del hogar, uso de tecnología, cuidado de niños, entre otras”, especificó.

El director de la carrera, Marcelo Esper, explicó cuáles son los propósitos y beneficios de la Terapia Ocupacional para el paciente: favorece el desempeño ocupacional funcional, la autonomía personal, la participación social y la calidad de vida de las personas y/o grupos que lo requieran. Se trabaja e interviene en las diferentes etapas evolutivas, desde el infante hasta personas que se encuentran en la tercera edad. Para eso, señaló, se seleccionan, planifican e implementan actividades y ocupaciones acordes al período del ciclo vital. “Por ejemplo, ante una situación jubilatoria, el terapista ocupacional acompaña a la persona en la detección y orientación hacia nuevas áreas de interés a fin de promover proyectos de vida que le posibiliten la redefinición de su rol y prevenir un potencial estado depresivo. De ese modo nuestras prestaciones se constituyen en un servicio vital para las áreas de educación, trabajo, desarrollo social, salud y jurídica”.

“Los fines de la carrera son propiciar la autonomía de la persona en las actividades de la vida cotidiana, favorecer el desempeño ocupacional en todas las áreas de la vida (alimentación, higiene, vestido, trabajo, estudio, participación social, juego y uso del tiempo libre), diseñar y entrenar a la persona en el uso de adaptaciones y ayudas técnicas para maximizar el desempeño en las actividades de la vida cotidiana, prevenir enfermedades y promover la salud a través de la participación en actividades con sentido y propósito para la persona”, subrayó.

Por último, comentó que esta terapia se aplica en situaciones donde está en riesgo la autonomía y la inclusión social de una persona a causa de alteraciones de orden físico psíquico o social. El terapeuta ocupacional interviene también con personas o poblaciones que padecen enfermedades que dan como resultado condiciones de discapacidad o disfunciones permanentes y transitorias. “Promovemos que la persona pueda desarrollar un proyecto de vida maximizando la autonomía, la calidad de vida y la inclusión social”, concluyó.

Para inscribiste en la Licenciatura en Terapia Ocupacional en la UAI u obtener información, consulte AQUI.

 

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