Entre los participantes, hubo corredores, trotadores y caminantes, debido a que la prueba tuvo un fin participativo y de inclusión.

A lo largo de las cuadras que se colmaron de gente, cada uno con su remera distintiva del Maratón UNLaM 2016, se observaron deportistas de todas las edades: desde niños y adolescentes que hacen sus primeros pasos en esta disciplina, hasta maratonistas experimentados. Se destacó, además, la participación de cientos de adultos mayores que llegaron por invitación del PAMI.

“El deporte es una forma de mejorar nuestra calidad de vida y queremos integrar a la comunidad. Creemos que así debe ser en todas las universidades y siempre damos señales de esto, de la voluntad que tenemos de que la Universidad esté integrada con la comunidad que nos rodea”, aseguró Daniel Martínez, el Rector de la UNLaM.

El evento deportivo persiguió una finalidad solidaria. Quienes formaron parte de la actividad, se acercaron con alimentos no perecederos que luego serán donados a comedores y hogares infantiles.

El clima lluvioso no fue un impedimento para que los corredores disfruten a pleno. Leonel Cuomo, participante de 24 años, reconoció el valor de “que se impulsen este tipo de iniciativas donde todo el mundo puede venir a correr, a entrenar y a pasarla bien. Cuando es una actividad gratuita, todo el mundo puede acceder; y como es con un fin solidario, mejor todavía”.

Los concurrentes pudieron optar entre distintas alternativas de circuitos: dos, cinco o diez kilómetros, según sus preferencias. También contaron con servicio de asistencia médica, de kinesiología y de hidratación, entre todos los servicios que requiere un maratón de gran concurrencia.

Por su parte, Antonio Diteo, de 78 años, afirmó que en el Maratón UNLaM 2016 vivió un ambiente alegre “que nos hizo sentir jóvenes a todos” y remarcó que “la clave para no sentirse de la tercera edad es tener una vida sana, trabajar mucho y siempre estudiar y actualizarse”.

Finalizada la carrera, todos los que asistieron, además de realizar la actividad deportiva y colaborar con alimentos no perecederos, tuvieron la posibilidad de participar de importantes sorteos como viajes a San Carlos de Bariloche y a Córdoba, y bicicletas e indumentaria deportiva y urbana, entre otros premios.