El mercado contó con gran variedad de opciones, como dulces y conservas, verduras y frutas, huevos, panificados, miel y sus derivados, plantas y plantines, artesanías de cultura autóctona, yerba, aceites comestibles, aceites esenciales y frutas secas.

La propuesta de la feria, que ya lleva tres ediciones consecutivas en la UNLaM, surgió de los trabajos de investigación realizados desde el Departamento de Ciencias Económicas, los cuales profundizan en la agricultura familiar del partido de La Matanza.

“La iniciativa surgió a partir de la inquietud sobre la comercialización de los alimentos y poder acercar los productos a los consumidores con menos intermediarios”, destacó la docente Susana Battista.

En tanto, Mariano Jäger, director del Instituto de Medioambiente de la UNLaM, señaló que, “en esta edición, se contó con una mayor variedad de productos, se priorizaron a los emprendedores del Partido, pero también se incluyeron a los de alrededores para aumentar la oferta”.

Asimismo, destacó que todos los productores se capacitaron en los cursos de Manipulación de Alimentos y de Costos que brindó esta Casa de Altos Estudios.

Por su parte, uno de los puesteros, Juan Carlos, que se dedica a la agricultura y venta de frutas y verduras, resaltó que, en esta feria de productores, se respeta a ambas partes del sistema de comercialización. “Yo estoy contento de vender acá porque es el precio real, si lo vendo por jaula no me lo pagan bien y lo cobran carísimo al público”, señaló.